Muy pocos, por no decir casi nadie, conoce el significado de la palabra Thule y su símbolo. Thule es el nombre de la patria más antigua de los arios; tierra que algunos por ignorancia, y otros por pereza mental, llaman equívocamente Hyperbórea. Hyperbórea no es un nombre, sino una expresión –esto es, una forma de hablar, de expresarse, utilizada por los griegos para nominar a Thule. La palabra Hyperbórea significa "más allá de Bóreas", esto es, más allá de donde habita el dios del viento–norte, cuyo nombre es Bóreas, y que los griegos creían era la región de Tracia.
Píndaro fue el primero en utilizar esta expresión, pero curiosamente nunca habló de Hyperbórea (Ὑπερβορέια), sino de los hiperbóreos (Ὑπερβορέιοι)[1]. Esto es significativo, porque revela hasta qué punto el poeta desconocía el nombre de esta tierra, y nombraba a sus habitantes del mejor modo que podía hacerlo en griego: los hiperbóreos, esto es, los que habitan más allá del viento del norte.
Pero Hyperbórea no era el nombre de esta Tierra, ni sus habitantes se llamaban a sí mismos hiperbóreos. El nombre verdadero de Hyperbórea era Thule y sus proto–habitantes se llamaron a sí mismos "arkhanen"[2]. Ambos nombres, el del país y el de sus proto–habitantes, son de origen rúnico. Se trata de kalas sacras o iroglif (en lengua listiana). Las kalas sacras, formas proto–rúnicas invariables, son un conjunto de jeroglifos arios inmemoriales anteriores incluso a las kalas simples o runas yrmionen. Autónomas respecto de estas últimas pueden, a veces (y el caso de las palabras Thule y "arkhanen" es uno), llegar a depender de las kalas simples en su denominación, significado y diseño cuando suponen la conjunción de tres o más runas yrmionen. Aunque se ignora el por qué, esto puede dar la idea de que las kalas simples son una descomposición de kalas sacras, según el significado y utilización de estas últimas.
La palabra Thule fue utilizada, por primera vez, en el siglo IV antes de la Era Común, por un marino y explorador griego conocido como Pytheas de Massalia. Este identificó el nombre de Thule con una isla ubicada a seis días al norte de Bretaña, donde, según sus palabras, el Sol estival nunca se ponía allí. Se trataba, pues, de la vieja y mítica tierra de los Hiperbóreos de Píndaro, la isla blanca (Leuke, Albionia, Ávalon, Çveta Dvipa) que en las jornadas de Las Bodas Arkhanen representa al viejo continente desaparecido, la Antigua Tierra (Alt–Land o Atlántida) de los "arkhanen Sippe". La palabra que Pytheas de Massalia utilizó para el país fue Qoulhlo que puede pronunciarse como "Thule" o "Zule". De allí que la transcripción latina de la palabra fuese "Thule". Muchos siglos después, los cartógrafos europeos, particularmente Olaus Magnus, motivados por la transcripción de la palabra, y en la ignorancia absoluta de la escritura original y el sonido de ésta en griego, interpretaron la "U" latina como "Ypsilon" griega, y modificaron el nombre en sus mapas por el de "Tile", pensando que el original en griego era Qulhy no Qoulh(esto es de una importancia mayúscula para nosotros, los chilenos, los que habitamos en "Tile" o "Zile", origen remoto del nombre CHILE –y con esto, no se crea que soy consciente que he revelado un secreto de iniciación).
El iroglif "Thule" resulta de la conjunción de cuatro runas yrmionen. Estas runas son: la runa "Thor", la runa "Ur", la runa "Laf" y la runa "Eh". Thor, en el futhark yrmionen, representa la victoria sobre la muerte. Su significado está asociado al rejuvenecimiento, a la renovación. Rejuvenecer (no olvidar que Apolo iba cada diecinueve años a Hyperbórea –léase a Thule– a rejuvenecer) significa vencer la muerte. Es el proceso contrario de la senectud, el camino a la inversa de la vejez que lleva a la muerte. Y ése es el significado esotérico de la runa "Thor", el sentido que redescubre para nosotros el viejo vidente compositor de la novela Carnuntum. La runa "Ur" significa comienzo. Se trata del comienzo en este mundo, en este plano de la realidad, no en el otro. Ése comienzo está asociado a una Caída, una derrota, una Untergang, representada por la runa "Laf". Uno de los significados esotéricos de la runa Laf, en el sistema yrmionen, es el de "caída". Enseña éste que todo verdadero ascenso tiene como precondición una "caída", una "derrota". Pero no se trata de cualquier caída. Es la caída de la muerte mística, la muerte de iniciación, el símbolo de la combustión del ave Phoenix (un mito ario, en verdad, y no medioriental) lo que viene representado en esa derrota. Es el descenso al Hades de Orfeo y Dionisio. Esto lo testimonia la runa que acompaña a Laf en el nombre de Thule. Esta última runa es la runa "Eh", runa del matrimonio mágico, del "Elella" de Serrano, de la unión o yoga entre el cielo y la tierra, lo masculino y lo femenino. Esta runa determina el carácter de la caída. Se trata de una Nupcia, una Boda, un Yoga. Es un pacto para la conquista del cielo. El nombre de Thule enseña (señala, recuerda, hace recordar) que para vencer la muerte, renovar la vida, conquistar el cielo se precisa antes "perder", ser "derrotado". Y serlo sacramente en un campo de batalla. Es éste el sentido que tiene la expresión, tan cara a Serrano, de "ganar perdiendo"[3].
En Las Bodas Arkhanen, escrita original y enteramente en kálico, Thule es el nombre del país de los arkhanen. Los arkhanen son la tribu de los primeros habitantes del planeta llegados de las estrellas, particularmente de la constelación de Tauro, de la estrella Aldebarán (llamada "Arkhana" por los arkhanen). Han sido derrotados allí por los Yrosen (una degeneración de los Haggen de Las Bodas Arkhanen), cuya raza está destinada a desaparecer igualmente. Esta derrota es una derrota arquetípica. Es un símbolo alquímico, un lapis exilis, que señala el camino de retorno a la patria original. Se vence a la muerte en el conocimiento nupcial, yoguico, de que la caída es la precondición al ascenso, lo que expresado en términos esotéricos es el equivalente de la fórmula Nunc scio tenebris lux (ahora sé que de la oscuridad –la caída, la derrota– viene la luz –el ascenso, la conquista del cielo, el rejuvenecimiento o triunfo sobre la muerte). El nombre del país rememora (en un sentido señero) la fórmula, el camino, la vía, que conduce de retorno a la patria pérdida de los orígenes.
En uno de los símbolos herméticos más significativos de los círculos esotéricos anteriores a la llegada de Las Glorias de La Noche, compartido indistintamente por la Thule Gesellschaft y la Sociedad del Vril, se puede leer lo que sigue:
Dem neuen Zeitalter entgegen
Sieg und Heil großdeutschland
Im Kampf für die Welt
Heil das neue Reich Thule!
Lo que traducido al castellano es:
Hacia una nueva Era
Salve Victoria a la Gran Alemania
En la lucha por el mundo
Salve el nuevo reino de Thule
En la perspectiva de Las Bodas Arkhanen esta leyenda constituye una profecía. Si Alemania es el nuevo reino de Thule, sólo de sus cenizas, de su derrota, renacerá la nueva Era. Por eso Alemania debía perder para ganar. Esto lo sabía muy bien don Miguel Serrano, pero lo sabían también los miembros de la Sociedad Thule, donde Arhag fue iniciado, según el propio testimonio de su maestro e iniciador, Thoreh. La derrota de Alemania traerá oscuridad al mundo, pero allí será sembrado el germen del Porvenir, la luz que reemplazará las tinieblas.
Cuando Thule fue fundada, un día muy atrás en el tiempo, se la llamó así para grabar a fuego en la memoria el sentido y destino de los arkhanen Sippe. Estos deberán volver a pasar por la derrota para sembrar las semillas que germinarán la Nueva Era. Esa derrota monumental ya aconteció. Y de las trincheras improvisadas de resistencia, surgidas por todas partes desde el mismísimo 8 de Mayo del año 56 nHk, comenzó a germinar la Nueva Era. Esa Nueva Era –Era de retorno al Satya Yuga, retorno a la Patria Ancestral, Edad Dorada de los Dioses (los arkhanen)– está ya, germinando, en la más profunda oscuridad espiritual de que se tenga noticias en la historia. Pero de esa oscuridad brotará la luz del Nuevo Amanecer. Pues, después de todo, eso es lo que significa el nombre de Thule (Después de la Noche, el Día – o dicho como lo indica el Proto Escudo Nacional Chileno Post Tenebras Lux).
[1] Píndaro decía: "... ναυσὶ δ' οὔτε πεζὸς ἰών εὕροις
ἐς Ὑπερβορέων ἀγῶνα θαυματὰν ὁδόν (...ni en naves, ni a pie, podréis alcanzar
el extraño camino a la asamblea de los hiperbóreos)". Esta es la traducción correcta del verso de
Píndaro que Serrano interpreta en la fórmula "Ni por mar, ni por
tierra...".
[2] Cfr. Las
Bodas Arkhanen. También Las Enseñanzas de Urur de Agnes del
Lacio
[3] Miguel Serrano utilizó en innumerables
ocasiones esta expresión, pero nunca se tomó la molestia de explicarla. Ello fue probablemente por razones de
hermetismo. Pero el hecho de usarla –y
usarla conscientemente– revela hasta qué punto era conocedor de la filosofía
bosquiana.